Aquel misterioso papelito con un poema para el mágico bar Tokio Norte se volvió canción
El café estuvo cerrado por un tiempo. Su dueña tuvo problemas de salud. Cuando reabrió y para darle ánimo, un cliente habitual le pidió su cortado de siempre pero en forma de un poema. Ahora, dos músicos le pusieron música a esas bellas palabras.
Amelia Higa, mostrando el poema que le escribió del Dr. Beltramino, en octubre de 2022. Ahora, esas cálidas palabras se convirtieron en canción. Quizás en un mes, si Amelia está mejor de su problema auditivo, el tema se presentará en vivo en el Café. Crédito: Archivo El Litoral / Flavio Raina
Lo que viene parecerá un cuento saeriano con personas entrañables y lugares reconocibles e íntimos, y la concatenación de los acontecimientos es la siguiente: en septiembre del año pasado, el emblemático bar Tokio Norte de la ciudad de Santa Fe permaneció cerrado durante casi un mes. Ocurrió que su dueña, Amelia Higa, había tenido problemas auditivos. Al mes siguiente, el café reabrió sus puertas. Amelia pedía a los clientes que hagan sus pedidos escribiendo en una pizarrita, o en un papel: es que se estaba quedando sorda.
A uno de los fieles habitués del bar se le ocurrió pedirle a la dueña su cortado y su medialuna salada, como todas las mañanas, de una forma muy particular: se lo escribió en forma de poema: sí, de poema. Y lo firmó con sus iniciales: “J. C. B”. La foto con la poesía empezó a circular por grupos de WhatsApp. Los que ya peinan canas comprendieron el contexto de esta historia que empezaba a germinar, pero había una pregunta sin respuesta que urgía: ¿quién era el misterioso autor del poema?
Una bella postal del histórico café ubicado en Av. Rivadavia al 2.900. Crédito: Archivo El Litoral / Mauricio Garín
“¡Ah! ¡Pero si es el doctor Juan Carlos Beltramino (J. C. B, las iniciales)! Es un gesto muy lindo que me dejó, me hizo emocionar. Hace años que viene a tomar su café por las mañanas, es muy amoroso”, había revelado en octubre del año pasado la dueña del Tokio Norte, en diálogo con El Litoral, que contó esta historia en ese entonces. Luego de eso, el productor creativo Hernán Retamoso realizó un video muy emotivo sobre la historia, que está en la página de Facebook del Café Tokio Norte.
En aquel entonces, el médico había confesado a este diario su cariño por el bar, un lugar “donde uno realmente se siente cómodo. El café es muy bueno, pero lo más valioso es la atención de Amelia, que es fantástica. Ella es una persona sensible e inteligente”.
Todas las cosas tienen música
Lo simple o lo cotidiano suele volverse mágico, aunque sea muy de vez en cuando. Ya revelado el nombre del autor, dos músicos santafesinos compusieron una canción basada en la letra del poema, quizás porque la vida sin música “sería un error, un trabajo forzado, un exilio”, al decir de Nietzsche.
Algunos clientes habituales, a punto de pedir un café. Amelia va a atenderlos con su amabilidad de siempre. Crédito: Archivo El Litoral / Mauricio Garín
El tema, que fue presentado en YouTube y se llama “Ikigai”, como el título de la poesía -“Ikigai” es una expresión japonesa que puede resumirse como “levántate todos los días con un proyecto para tu vida”-, fue ideado por Exequiel Ricca y por Mauro Colombo, ambos compositores, éste último además interpreta la canción (ver La canción).
La letra es de, por supuesto, Juan Carlos Beltramino, reconocido médico pediatra de esta capital y fiel cliente del Tokio. El amoroso poema es éste: “Buen día Amelia / quiero el cortado de siempre con la medialuna salada / quiero la penumbra del Tokio / continuar con el soliloquio / entre la charla de la muchachada. Quiero sus altares de paño verde / donde los astros chocan el destino / al ‘Neko’ (N. Del R: el gato de la dueña) con su silencio oriental… / Y a la calidez de la patrona, de este templo santafesino, de este café-bar, ¡sin igual!”.
La génesis de la canción
En diálogo con El Litoral, el músico santafesino Exequiel Ricca contó cómo surgió la idea y de qué manera se fue dando el proceso creativo de llevar un poema a la material musical. “El propio Juan Carlos (Beltramino) vino a hacer algunos trabajos a mi estudio de grabación, y me mostró la letra del poema ‘Ikigai'”, narró el joven.
“Neko”, el gato del bar, con “su silencio oriental” también es protagonista del poema que se volvió música. Crédito: Archivo El Litoral / Mauricio Garín
Ahí surgió la propuesta de ponerle música a esas palabras. “Pensé en mi amigo y colega Mauro (Colombo), muy buen músico, para que la cantara. Él se conectó en la letra, pero también se dio la curiosidad de que el Dr. Beltramino ¡había sido su médico pediatra de chiquito! Así, desde un punto de vista humano, se conectó todo”, dijo Ricca.
Aire litoraleño
Si uno se guía por la letra, parece una percepción poética bien urbana, de una gran urbe, donde abundan los cafés emblemáticos. “Hasta en un momento pensamos en que la música podría ser como de tango, pero no: nos sonó a otra cosa”, admitió el músico. El camino sonoro, así, siguió por otro lado. “Decidimos darle un aire del género de canción del Litoral. Es un ritmo tranquilo, pues la canción del Litoral tiene esa sensación del movimiento del río”.
Entonces, la rítmica tiene ese “tempo” ondular, litoraleño, como de un remanso de agua. “Más que nada por el fraseo del poema. Se respetó el texto original, pero le pedimos a Juan Carlos que le agregue estribillo, para que encajara con la forma de la canción, y con ciertas palabras con repeticiones, sobre todo en los dos últimos versos. La repetición como recurso le aporta una fuerza a una canción”, explicó el compositor.
En el programa de YouTube, están los dos músicos y el propio Dr. Beltramino, quien cuenta que el Tokio es un bar-café notable de la ciudad, y que este año cumple 108 (fue inaugurado en 1915). “Pero el alma del lugar es Amelia, la dueña. Ella es el espíritu del Tokio”, enfatizó.